Comentario
Cómo enviaron los de Cholula cuatro indios de poca valía a disculparse por no haber venido a Tlascala, y lo que sobre ello pasó
Ya he dicho en el capítulo pasado cómo envió nuestro capitán mensajeros a Cholula para que nos viniesen a ver a Tlascala; e los caciques de aquella ciudad, como entendieron lo que Cortés les mandaba, parecióles que sería bien enviar cuatro indios de poca valía a disculparse e a decir que por estar malos no venían, y no trajeron bastimento ni otra cosa, sino así secamente dieron aquella respuesta; y cuando vinieron aquellos mensajeros estaban presentes los caciques de Tlascala, e dijeron a nuestro capitán que para hacer burla de él y de todos nosotros enviaban los de Cholula aquellos indios, que eran maceguales e de poca calidad. Por manera que Cortés les tornó a enviar luego con otros cuatro indios de Cempoal a decir que viniesen dentro de tres días hombres principales, pues estaban cuatro leguas de allí, e que si no venían, que los tendrían por rebeldes; y que cuando vengan, que les quiere decir cosas que les convienen para salvación de sus ánimas, y buena policía para su buen vivir, y tenerlos por amigos y hermanos, como son los de Tlascala, sus vecinos; y que si otra cosa acordaren, y no quieren nuestra amistad, que nosotros no por eso los procuraríamos de descomplacer ni enojarles. Y como oyeron aquella amorosa embajada, respondieron que no habían de venir a Tlascala, porque son sus enemigos, porque saben que han dicho dellos y de su señor Montezuma muchos males, y que vayamos a su ciudad y salgamos de los términos de Tlascala; y si no hicieren lo que deben, que los tengamos por tales como les enviamos a decir. Y viendo nuestro capitán que la excusa que decían era muy justa, acordamos de ir allá; y como los caciques de Tlascala vieron que determinadamente era nuestra ida por Cholula, dijeron a Cortés: "Pues que así quieres creer a los mexicanos, y no a nosotros, que somos tus amigos, ya te hemos dicho muchas veces que te guardes de los de Cholula y del poder de México; y para que mejor te puedas ayudar de nosotros, te tenemos aparejados diez mil hombres de guerra que vayan en vuestra compañía"; y Cortés dio muchas gracias por ello, e consultó con todos nosotros que no sería bueno que llevásemos tantos guerreros a tierra que habíamos de procurar amistades, e que sería bien que llevásemos dos mil, y éstos les demandó, y que los demás que se quedasen en sus casas. E dejemos esta plática, y diré de nuestro camino.